Capítulo 1: El valor de lo no dicho
El ascensor bajaba lento. Como si las paredes del edificio temieran cada piso, como si llegar al sótano fuese una decisión que se pospone hasta que no queda otra opción. Clara miraba la pantalla digital sin verla. En su mente, las cifras del fondo que dirigía no cuadraban desde hacía semanas. Pero ese no era el verdadero problema. Lo que no cuadraba era el silencio.
Llevaba quince años construyendo lo que llamaban un “perfil sólido”: inversión segura, decisiones prudentes, lenguaje técnico al milímetro. Sin embargo, ese día, Clara sentía que el verdadero capital que había acumulado no era monetario. Era emocional. Y estaba en riesgo.
Su cita era con Marta, una antigua colega que había dejado el sector para dedicarse a escribir ensayos sobre narrativa económica. “No todo se mide en rentabilidad”, le había dicho una vez. Entonces rió. Hoy, no le hacía tanta gracia.
Cuando entró en el café, Marta ya la esperaba. No había papeles, ni informes, ni gráficos sobre la mesa. Solo un cuaderno cerrado y un café frío.
— Llegas tarde —dijo Marta—. Como las crisis.
Clara se sentó. No pidió nada. Tenía un nudo en el estómago.
— ¿Por qué me citaste?
— Porque en tus fondos ya no hay datos, sino silencio. Y ese tipo de fondo no cotiza. Se acumula.
La conversación no era una conversación. Era un análisis simbólico en tiempo real. Marta hablaba de Clara como si fuese un personaje, y Clara, por primera vez en años, se sintió leída. Interpretada.
— No es solo tu empresa la que está en pausa —continuó Marta—. También tu voz. Tu criterio. ¿Dónde quedó la comprensión financiera creativa que tanto defendías?
Clara desvió la mirada.
— Todo lo que no se dice también pesa. Y hay balances que no se publican.
Marta sacó su cuaderno. Abrió la primera página. Era una reseña. No de un fondo. De una persona.
— Estoy escribiendo sobre ti, Clara. Sobre lo que representa seguir estrategias sin narrativas propias. Sobre lo que pasa cuando delegamos el relato a los algoritmos.
Un escalofrío le recorrió la espalda.
— ¿Esto es una crítica?
— Esto es lectura crítica, Clara. Y tú, lo quieras o no, formas parte de los libros de economía ficticia que analizo. No por tus decisiones, sino por tu silencio.
En ese momento, Clara comprendió. Que no se trataba de números. Ni de mercados. Ni de gráficos en caída o en subida. Se trataba de lo no dicho. De lo que se había callado en nombre de la seguridad. De las decisiones asumidas como neutrales, pero cargadas de implicación ética.
Marta cerró el cuaderno.
— Tú decides si este fondo sigue creciendo… o si se liquida. No en dinero. En sentido.
Clara asintió. No dijo nada. Pero, por primera vez en mucho tiempo, sintió que estaba empezando a hablar.
🔔 ¿Quieres leer el libro completo?
Fondos de Silencio forma parte de nuestra biblioteca de libros sobre inversión, ética literaria y simulaciones financieras. Si te interesa recibir el texto completo, contacta con nosotros directamente.
📩 Contáctanos aquí y solicita tu copia editorial.
🕰️ Responderemos en un plazo de 24–48 horas laborables.